lunes, 12 de mayo de 2008

QUIERO RETRUCO

"¿Vamos a mi departamento a tomar algo?" -preguntó a las 3:30 A.M. Asentí con la cabeza. -"pero no va a pasar nada", acotó riendo.
...uno quería hacerla simple, sin vueltas, como adultos. No... ella quiere jugar. Todavía tiene ganas de jugar a las 3:30 de la mañana, cuando ya está todo cantado y las cartas están sobre la mesa. Cree que todavía te dan las fuerzas y cree que lo merece. Ella cree. En algún maldito recóndito rincón de su mente retorcida, se cree que ella vale la pena el esfuerzo. No lo vale. Ninguna lo vale.
Me atrevo a decir que todos hemos pasado por algo similar alguna vez (en mi caso, lamentablemente más de una); esta situación es hostil e injusta, porque de ella no hay escapatoria digna. Uno puede insistir, renegar, insultar, ignorar, enojarse o bien seguirle el juego y rogar conseguir algo. Como sea, las alternativas decaen a dos: frustración o histeriqueo. Sin importar la opción, ella tiene la sartén por el mango (o eso parece).
En tu estado normal mental ¿dejarías que otra persona reduzca todo tu ser a algo iracundo o algo suplicante? ¿no? Yo tampoco.
Continúo sin hablarle, puesto que por ahora el silencio es mi mejor aliado... me refrena de decir estupideces que de otro modo develarían mi mal humor. Limítome a sonreirle tiernamente con la mirada y a seguir asintiendo con la cabeza.
-"Vamos" me dice. -"Vivo por acá cerca".
Demasiadas veces viví ya esta situación... demasiadas veces y demasiadas caras nuevas como para no saber controlar todavía la ira que provoca el querer ser dominado por una forastera que a penas si conoce mi nombre de pila. (Nota del autor: Demasiadas veces = 3 o 4)
Sin siquiera sujetarnos de la mano, emprendemos la caminata a destino. Ella no habla y yo tampoco, aunque por motivos distintos. El más leve roce de los cuerpos, hubiera dado lugar a algo que de momento era mejor refrenar. Dejemos que la venganza se cocine a fuego lento.
-he de aclarar, que hasta ese punto, lo único que existió fue una charla que aspiraba para más. No hubo oportunidad de contacto físico-
Siento arder el estómago. Todavía no son los nervios. Ellos entrarán en juego más adelante... por ahora es acidez entremezclada con enojo y ansiedad.
Mantengo la mirada baja, como sometido a su voluntad y no reparo en demostrárselo. Solo me enfoco en mis pasos, un pie delante del otro. Ella guiaba el camino; -por ahora, está en control de la situación pues yo no se dónde vamos-.
Llegamos a su edificio, donde para variar, vuelve a ponerme incómodo la mirada acusadora de un portero que cree adivinar mis intenciones para con la muchacha. A fin de cuentas, siempre me intimida ese personaje decrépito cuyo rol más importante en su oficio se limita a poder permanecer en vela. Lo saludo con un "buenas noches" aunque un "buenos días" hubiera sido más apropiado. Me contesta casi sin ganas.
Subimos al ascensor, donde rodeados por los tres espejos murales, nos sentimos nuevamente dos extraños que hasta temen establecer contacto visual. De hecho, eso es lo que somos. Tal vez por la mañana pueda llegar a ser otra la historia, aunque eso está por verse. Después de todo, "no va a pasar nada".
Una vez dentro, comienza la ironía de la experiencia. No se cuantas veces pasé ya por esta escena y sin embargo esta parte me sigue poniendo nervioso. "A lo mejor estaba siendo sincera" -me digo para mis adentros. Vuelvo a mirar el reloj y me convenzo de que no es cierto... ¿que clase de incoherente mental te invita a su casa a tomar algo a tan altas horas de la madrugada si a penas te conoce? Decido proseguir con lo planeado. Durante unos segundos, consideré abortar la misión. No... estoy haciéndolo por todos los hombres allí fuera. Se lo debo a la humanidad.
Le pido pasar al baño; ella aprovecha para poner el café a calentar. Al salir del baño, ya me siento como en casa... ya conozco la rutina, los movimientos, "el baile". Al parecer no eran nervios, sino las ganas de orinar las que me daban ese cosquilleo en la base del estómago.
Ella trae el café y lo sirve sobre la mesa. Yo no le ayudo... permanezco de pie, fingiendo estar interesado en todos esos momentos Kodak que tiene colgados en las paredes. Ella regurgita los nombres de las personas y/o lugares que aparecen en sus fotos, pero me resulta imposible retener alguno. No me molesta demasiado tampoco el asunto.
Espero a que se decida a tomar asiento. Cuando lo hace, me acomodo en el extremo opuesto de la mesa (si me es posible, hago que mi lugar coincida con el asiento más cercano al equipo de música). Mi presencia tiene que sonar lo menos amenazadora posible, puesto que no quiero que se sienta intimidada.
Le pregunto acerca de su vida y ella cuestiona sobre la mía, pero me niego a contestarle de momento... la noche debe comenzar girando en torno a su persona.
Ella pretende crear un ambiente acogedor, por lo que decide poner música. ¿Creen eso? Patrañas... no quiere poner música, solo quiere desfilar cerca mío, a fines de mostrar la mercadería. ¿Hay necesidad de ponerme el cul@ en la cara cada vez que atina a cambiar el CD? De última, que me pida a mi que lo cambie, que avance un tema o que ponga más despacio... yo estoy más cerca del minicomponente, ¿no?
Veo y distingo cada uno de los síntomas: mostrar sus tatuajes (si es que los tiene), su piercing en el ombligo (idem al punto anterior), va y viene buscando cosas netamente prescindibles (a fines de que le mire la cola cuando se aleja), etc. Se que está intentando tentarme, pero me controlo.
En este punto, me gusta separar a las chicas en dos clases (al menos aquellas con las cuales me he topado). La agresiva, intentará solicitar masajes (se frotará el cuello, los hombros o bien lo pedirá abiertamente), mientras que la discreta tratará de sacar un tema de conversación un poco depresivo. Mala relación con los padres, la muerte de algún ser querido, mascota, etc... todo esto es válido a la hora de pretender un abrazo. En casos como el mío, donde mi cuerpo tiene prohibido todo tipo de contacto físico con la chica en cuestión, la charla irá derivando (porque ella así lo prefiere) a la situación de MI familia. Buscará mi punto débil, el cual le dejaré ver segundos antes del punto de quiebre. Punto de quiebre es la ruptura de la tensión sexual... sí, amigo mío... la tensión sexual que vos como hombre sentís cuando sos partícipe de un escenario como el que yo estoy describiendo, ella la siente también. Es hora de demostrar de qué estás hecho y sacar el Rambo que hay en vos. Por más que te lleven las ganas de saltarle encima, habrás de quedarte quieto, no reaccionarás. Ni una mueca; al contrario de lo que decía Balá, ni siquiera un gestito de idea. Permanecerás inmóvil, frío. El punto de quiebre está por llegar y la que habrá de quebrarse será ella. Vos sos un muro de concreto.
Menciono una mala relación con papá o mi apego por alguien que ya no esté... Para esta altura, ya harta de mi inutilidad a la hora de captar las indirectas, se abalanzará sobre mi y me dará ese abrazo que cree que ando buscando. Es este el momento donde se oyen cosas cursis como "me quedaría así toda la noche" o "podes confiar en mi", huevadas por el estilo. pero ¡ALTO! no es momento del beso todavía. Noooooooo... recuerden "no va a pasar nada". Sin embargo ella ya está preguntandome si prefiero estar más cómodo (en situación horizontal, se diría). Si, seguro... ¿por qué no? Total, puedo confiar en ella, según acaba de decirme.
Antes de acostarse, es hora de los arrumacos. Aquí ya puede procederse con el nivel 2: besos que habrán de ser bien cuidados. Si suben mucho de tono, no quedará otra que llegar hasta el final y francamente no es eso lo que estamos buscando. No, lo que queremos es la revancha. El "quiero retruco". Con suavidad y con calma... nada de fogosidad por ahora. Entre ese entendimiento de labios, ensortijo con mis dedos su cabello. Mis manos han de permanecer en su rostro (y las tuyas también. Amigo, no intentes posarlas sobre sus curvas. Ese es un camino sin retorno, pero lo más importante es que eso puede darle pie a decir pelotudeces como "me parece que te estás confundiendo") Nada bueno saldrá de dar un paso en falso.
Tranquilamente nos vamos dirigiendo o bien al sofá o bien a la cama. Nos acostamos y la abrazo. Su cabeza apoyada en mi pecho busca continuar con el romance, pero mi boca ya está fuera de alcance. Finjo cabecear... pretendo estar quedándome dormido. Ella murmura un par de preguntas... esas de las bien bobas "¿estás dormido?" "¿tenés sueño?" -Contesto con un "mhm" y para hacerlo más realista, dejo la boca entreabierta. No solo porque es más propicio de aquel que está por dormitarse, sino para evitar sonreir... (si es posible y te animás, babeá un poquito).
...maldita perra, se lo que querés y sé lo que estás buscando pero por abre-geta, no vas a conseguirlo de mi. Lo que tus entrañas ansían ahora, ha sido opacado por lo que tu boca profirió momentos atrás. "No va a pasar nada" ¿te acordás? Disculpame linda, pero yo hablo castellano, no hablo body language y me reconforta pensar que pude escabuirme como un señor. No tuve que rogarle, no tuve que insistirle ni tuve que ofenderme. Si tengo suerte, no se enojará y no me va a echar de su casa, lo que me deja margen a quedarme dormido de verdad.
Mientras descanso tranquilamente en SU cama y ronco como un hijo de put@, ella tendrá problemas conciliando el sueño dudando de si es poco atractiva, de si hizo o dijo algo mal, de si la quiero como amiga, de si es lo suficientemente mujer como para excitarme o de si se ha levantado un gay.
He de reconocer que con este proceder, ambos (yo sobre todo) hemos quedado bastante calientes. Sin embargo, la venganza sigue siendo un plato que se sirve mejor frío.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

boludo dejate de joder jajaja....me trajo viejos recuerdos todo esto...jajaja, muy bueno amigo, muy bueno...realmente terriblemente cierto jajaja...
un abrazo! siempre un gusto leer tus escritos...

dario.

Anónimo dijo...

jaja amigo, que ocurrencias tenes, pero es que ya todos sabemos que para "aparearse" hay que seguir un "ritual", nadie va al grano ;). un abrazo

Fedito

Flacha dijo...

Tu msn hace dias q me niega la comunicacion con vos. No para de reenviarme las pelotudeces q te escribo.
Yo te dejo unos besos aca pegados

Anónimo dijo...

Estimado blogger he leido todas sus entradas y coincido en casi la mayoria, quien no ha vivido el incomodo momento del ascensor? Pero debo confesar que una vez dentro del apartamento no me anduve con vueltas y procedi al ataque total a quien pretendo engañar? A que fui a esa hora al depto de un muchacho? (soy mujer por cierto)Lo del cafe fue una nota desconcertante y ridicula a esa hora prefiero tomar agua como quien hace un alto para refrescarse y se va, no me insulte con cafe! Animo! por suerte sabe diferenciar a las mujeres y no somos todas iguales aunque con tanta histerica dando vuelta a las verdaderas mujeres no se nos nota siempre... fascinante mente la suya me gusta como trabaja, siga asi....

Anónimo dijo...

Muchas gracias a quien hizo el último comentario anónimo (al resto ya les agradecí, debido a que los conozco personalmente). Me alegra ver que esto es leido por alguien más además de los 4 o 5 contactos de mi msn, jajaja. Nota a futuro: no hay necesidad de ser tan formal. Me pueden tutear.
Agustín G

Anónimo dijo...

Hay querido...escribes muy bien, pero me parece que tienes un problema con las mujeres! tanto recentimiento te va a hacer mal!, segui asi, que en las noches tu mano solitaria es la unica qu te acompañara! decadente!!!

"lay on the grass" dijo...

odio que me dejen comentarios y no me den un nombre... seguro que esa fue una mujer. JAJAJA

Anónimo dijo...

bueno... no te parece mas triste que te lo diga una mujer?sos decadente. por escribir estas pelotudeces estas mas solo que la mierda y para colmo, t vas a terminar volviendo puto, si es que ya no tenes una tendencia que no terminas de descubrir. Fijate, a lo mejor te viene bien mas terapia. Te sacaste un 10 en redaccion pero tu pensamiento mediocre y recentido va a hacer que siempre pero siempre termines solo.Deja de espantar a las minas!, deja de faltar el respeto a las mujeres, no eas tn poco hombre y cobarde

"lay on the grass" dijo...

No, mejor no leas las cosas que te molestan y si te pinta seguir leyendo y todavía tenés ínfulas de grandeza para tratarme de cobarde, da la cara o dejá un nombre... a lo mejor así, te sería considerada cierta razón. Refugiarse en el anonimato es cosa de maracas tragabalas... ¿pero qué se puede esperar de vos? Siendo mujer, seguro que solamente te pinta demandar y exigir, sin entregar nada a cambio. Te gusta pedir las cosas que no estás dispuesta a dar... típico.