domingo, 4 de mayo de 2008

EL VIEJO PROVERBIO CHINO

Si 15 o 20 años atrás le hubieran preguntado a un chico con dos dedos de frente que quería ser de grande, probablemente hubiera dicho "jugador de fútbol" o "médico" "ingeniero" "astronauta"... mi hermano contestó que quería ser ninja negro.
Yo por mi parte deseaba ser oficinista... uno que trabajara en un cubículo, vestido de camisa y corbata, frente a una compu y rodeado sólo por los enclenques paneles de mi "box". No lo deseaba por ser mediocre, sino porque imaginaba la vida detrás de ello o al menos un fragmento de la misma: Llegar muy cansado a mi departamento de soltero, en donde no me espera nadie con la comida caliente y mucho menos con la pregunta de "¿que vas a querer comer?, dejar el portafolios al lado de la puerta, desajustarme la corbata y desplomarme en el sofá mientras sin dejar de mirar al techo, cambio los canales de la TV preguntándome si quiero pizza o una bolsa de papas fritas. Creo que se me afianzó más aquel deseo durante mi adolescencia, cuando vi por primera vez esa peli de Jerry Mcguire. El tipo llevaba la vida que yo deseaba, pero además, usaba un headset para hablar con los clientes; que copado.
Por algún motivo no concebía posible la independencia económica haciendo aquello que amara. Me hubiera gustado ser pintor o escultor... pero esos no pueden desajutarse la corbata tras la jornada laboral, simplemente porque son hippies y ellos sólo usan un poncho viejo con pulgas que les revolotean. No... lo mío era el papel del esclavo del nuevo milenio; aquel que odia su trabajo, no tiene tiempo para los amigos, no tiene novia, no se acuerda de su familia y se conoce todos los programas de la tele que empiezan después de las 9 de la noche. Me gustaba fantasear con que iba a ser un tipo ocupado y que me había ganado el derecho de sentir sueño al llegar a casa. Solo imaginaba la independencia económica y un departamentito en donde no tuviera que escuchar a nadie por un buen rato.
15 o 20 años después de desearlo por primera vez, me encuentro usando un headset para hablar con mis "¿customers?", encerrado entre tres paneles temblorosos que no claudican en tambalearse tras el más leve puñetazo derivado de mi frustración (porque aquella pc con la que yo soñaba laburar, para variar, se clavó de nuevo). Por si fuera poco, el headset que uso, cada día tiene la correa más corta (cortesía de los gorditos de IT que precintan todos los cables... ah PD: Gracias por bloquear internet... eso me hace el trabajo más llevadero). Según recuerdo, el headset de Jerry McGuire era inalámbrico.
No importa. Al menos puedo ir vestido como se me antoja. Lo loco es que hasta acá, nunca usé camisa ni corbata.
Llego a casa (de mis padres) y arrojo la mochila (que en poco y nada se asemeja a un portafolios) al lado de la puerta y me desplomo en el sillón sin deseos de emitir sonido alguno. 7 horas de pura charla telefónica han sido más que suficiente. A eso se le suma el estudio que toma lugar durante mis minutos libres y los viajes en colectivo.
Mi madre grita/pregunta "¡¿quien dejó la mochila tirada?!" -ni me molesto en contestar- "Ah, ahí estás" -dice- "¿que vas a querer comer?" -me encojo de hombros, hago puchero con la boca, cierro los ojos y meneo la cabeza intentando expresar "lo que haya"- "¿queres una tarta, un lomito, un bife, polenta, una sopa, fideos? Hice zapallitos revueltos... ¿te los caliento? -muy por lo bajo, casi a desgano le digo que ya veré que hago... a lo mejor un sandwich. -"¿te caliento lo que quedó de la cena de anoche o preferis pedirte algo? -"no se"-argumento- "Estás muy flaco... te la pasás yendo y viniendo y encima vas al gimnasio hijo... estás muy flaco. ¿No queres que te caliente unos ravioles?" -(solo quiero silencio)- "no, ma... dame un toque... andá a hacer tus cosas, ya me hago un sandwich" -"¿un sandwich? ¿eso vas a comer? y a que hora vas al gimnasio? ¿o tenés facultad hoy? ¿a que hora vas? ¿venis a cenar, venis a dormir?" - (su interminable cuestionario me recuerda todo aquello en lo que no quiero pensar: en que tengo que ir a la facu, ponerme a estudiar, en si voy al gimnasio o salgo a correr y por sobre todo, en que ya no tengo otro lugar en el cual quedarme a dormir desde que no estoy en pareja... de hecho no tengo otro lugar en el cual hacer nada, ni siquiera estar tranquilo un rato). -"no se" contesto... "despues veo, no te preocupes... andá nomás"- pareciera que yo hablo otro idioma, la mujer no retrocede, solo sigue ofreciendo comida y lo hace como si estuviera participando en algún programa de concursos donde el conductor ha preguntado "¿con qué alimentos puede usted perturbar la paz de alguien?".
Llegado un punto, hasta da la sensación de que repite opciones, pero altera el orden para que yo no me de cuenta. Bife con tomate se convierte en unas rodajitas de tomate con bife, colchón de arvejas se transforma en arvejas con huevo, etc.
Me doy por vencido y me voy a mi habitación. Ella sabe que ese es territorio prohibido, no me seguirá hasta allí con el menú.
El tiempo en soledad me permite cuestionarme algunas cosas; me replanteo la niñez, la adolescencia, el presente... ¿Cómo llegué a tomar mi vida y convertirla solo a medias en aquello que deseaba de pequeño? ¿A caso solo se cumple la mitad mala? ¿y lo que deseé después se cumplirá más adelante? Por ahora no importa... mi vida no se estanca en el trabajo, sigue mucho, pero mucho más allá después de pasar por las puertas de vidrio de esa empresa que parece una pecera.
Es un tanto risible... mi hermano no sólo no se convirtió en ninja negro, sino que jamás practicó artes marciales y parece feliz. También el pibe de la esquina que quería jugar en la selección y ahora de suerte si juega al winning eleven, parece disfrutar de su rutina. No lo malinterpreten... no reniego de la mía, es sólo que conseguí el 50% de aquello que yo deseaba.
Mejor así; si así de infeliz me hace el haber adquirido solo parte de mi "anhelo", ni me quiero imaginar que hubiera sido de mi si lo hubiera conseguido todo. Es como si alguien hubiera querido demostrarme que yo no se exactamente lo que quiero para mi vida y solo me han dado una probadita de lo que solicité para que tenga tiempo de ver lo feo que es.
Sigo sosteniendo que un poco de tranquilidad y no hacerme problema por lo que voy a comer, no era mucho pedirle a la vida.
Me hago cargo de que soy actor en mi existencia y de que yo solito llegué a este punto sin poder verter la culpa sobre nadie más y por si fuera poco, hasta podría decir que me lo avisaron, puesto que ya desde de chiquito escuché la advertencia de del viejo proverbio chino: "Cuidado con lo que deseás. Podría cumplirse".

4 comentarios:

Almita dijo...

wow.. me encanto tu escrito..

recuerda que siempre podemos volver a elegir..
somos 100% responsables de crear nuestra vida..

Segun lo que lei creo que tenes claro que desde que un pensamiento se instala en nuestra mente, siempre ese pensamiento se manifestara.. de alguna u otra manera.

Entonces, si lo que estas viendo en tu realidad es diferente de lo que piensas, seguramente, deberás observar mejor lo que piensas, para descubrir que hay otros pensamientos que son mas fuertes en tu mente y que son estos los que están creando tu realidad.

Anónimo dijo...

¿Ninja negro? Jajaja!

"Pareciera que yo hablo otro idioma, la mujer no retrocede, solo sigue ofreciendo comida..."

No todos tienen esa suerte. Arriba Agus!

Anónimo dijo...

no se quien será almita agus pero coincido totalmente con lo que dice...no es nada facil llevarlo a la practica pero es muy cierto y está muy bueno empezar a tratar...creo q vamos por buen camino como ya te dije..o nos dijimos..

abrazo,

dario.

M.Angeles dijo...

una vez, allá por el 92/93 te pregunte que querias ser y me contestaste "soltero"...algo que decir?
besos primis, se lo quiere...
nati