martes, 15 de julio de 2008

GRITÓ "LOBO" MUCHAS VECES

Fué sólo un sueño, pero la sensación todavía me dura. Por ahí, uno que otro detalle se me escapa a la memoria y hasta recuerdo únicamente el suceso por fragmentos. Tuve este sueño hace mucho tiempo y sin embargo, la sensación todavía me dura.
Lo tenía a Ronald Lee Ermey dándome órdenes a los gritos, escondido tras un árbol que estaba a mi lado. Yo sostenía un rifle de francotirador y me escondía como podía tras una columna caída en el medio de la calle. Frente a nosotros se erigía un edificio que si bien se mantenía entero y herguido, tenía todo el frente destrozado. El hecho de si llovían balas o no, me es por entero difuso... me atrevería a pensar que nos estaban disparando, puesto que yo me refugiaba del peligro al igual que el sargento gritón de Mail Call.
Sé también que aparecí a destiempo y por detrás. El combate hacía rato que había empezado y un francotirador ocupaba anteriormente el que ahora era mi espacio físico. Alguien le disparó y terminó matándolo. Mientras voy narrando esto, nuevos detalles se me presentan... si mal no recuerdo, el francotirador que yacía muerto, era mi hermano.
Lleno de ira, me abalancé sobre el rifle del finado, mientras refunfuñaba entre dientes la frase "ahora vas a ver". Cogí el rifle y comencé a cargarlo... era uno de esos viejos... de esos a los que hay que ponerles una bala a la vez y volver a recargar tras realizado un disparo.
Recuerdo que en el momento en el que me decidí a apuntar (porque el Sgt. Ermey ya me estaba exasperando con sus gritos de "¡dale, dale, apurate! ¡¿qué estás esperando!? ¡disparaaaaa!") reinaba la paz. Estoy seguro de que en esa parte no se sentía ningún disparo enemigo, nadie atentaba contra mi vida y tenía todo el tiempo del mundo para calcular el tiro y apretar el gatillo.
Todavía estaba escondido tras esa columna y yo apuntaba hacia uno de los pisos superiores del edificio. Por la ventana del mismo, podía ver a mi objetivo. No recuerdo su cara y honestamente, no se quien era. Me atrevería a decir que se trataba de un sujeto calvo que vestía de verde, pero es lo máximo que puedo detallar por ahora. Este tío no miraba por la ventana, sino que estaba parado junto a ella y mi visión era la de su perfil.
La cruz de mi mira se posaba sobre su enorme cabezota; yo quería asegurar ese disparo. La mira se mantenía firme y quieta. Contenía mi respiración para que el disparo saliera perfecto; de lo contrario tendría que volver a recargar y eso me llevaría tiempo. Demasiado como para volver a tener una chance tan sublime.
Coloqué mi dedo en el gatillo y allí comenzó. Sentía el corazón latir a mil por hora, un cosquilleo en el pecho y en la base del estómago. Tenía los pulmones fríos y sentía que por mis venas corría adrenalina pura en lugar de sangre. Nervios y miedo. Un miedo indescriptible.
Pensaba en ese tipo, en el que tenía que matar. Pensaba también en que de jalar el gatillo, las consecuencias serían permanentes e irreversibles. Estaba a punto de asesinar a un hombre y la sensación no era grata.
Toda la vida fantaseé con matar a alguien e imaginaba ese momento... cómo lo haría, qué se sentiría. Pues yo sentí miedo.
Para ser del todo sincero, no recuerdo muy bien como terminaba la cosa. Sé que no pude concretar el homicidio, puesto que me desperté sintiéndome un cobarde. Desde chiquito solía imaginarme a mí mismo en situación de guerra realizando todo tipo de actos heróicos y violentos, pero tras ese sueño, abrí los ojos sintiéndome una lacra... no pude matar a un tipo a la distancia y todo por esa sensación horrible de que lo que estaba por hacer, era ineludiblemente condenable; tal vez porque arrebatarle la vida a alguien es algo de por sí enteramente malo. Supongo que peor aún, es el hecho de llevarlo a cabo de un modo premeditado y certero.
Esa sensación escalofriante me invadió ayer antes de apretar la tecla ENTER en mi teclado.
Ya había tipeado la frase con la que comenzaría mi venganza y un solo botón me separaba de darle un puntapié inicial a la cosa...
Verán... hay algo que tengo que explicar antes de proseguir y ese algo es mi relación con la chica de Santiago.
-Los comienzos fueron ya relatados en entradas anteriores, así que quienes se sientan interesados en repasar la historia, hagan el favor de dirigirse a "BASADO EN HECHOS REALES" y listo. Por ahora, voy a entrar en otro tipo de detalles.-
Comencé a "salir" con esta chica, quien de entrada se presentó como una pobre víctima de las circunstancias. Una de esas pobres incomprendidas a quienes les pasan todas. De no ser porque yo ya venía con malos tragos anteriores que me hicieron aprender mucho, me hubiera empeñado en portarme como su príncipe azul, presto a rescatarla de todos sus males... pero siendo que andaba ya medio resentido para con el sexo opuesto, me dije a mí mismo "que se las arregle como pueda".
Así comenzó. Con ella preguntándome cada veinte segundos si estaba más gorda, llorando porque se sentía o se veía gorda y rechazando cualquier tipo de tópico que no tuviera que ver con la comida baja en calorías, carbohidratos y/o gimnasia.
No había forma de hacerle entender a este esqueleto parlante, que su cuerpo resultaba más que envidiable para muchas otras chicas y que de hecho se veía bastante bien (hacía falta un poco de carne aquí y allá, pero dentro de todo, yo estaba bastante conforme).
La cosa fué empeorando de a poco. Día de por medio me venía con cosas muy poco creibles acerca de mi ex novia, muchacha con la cual, también trabajo (o trabajamos). La chica de Santiago solía venir con comentarios tales como "tu ex novia es lesbiana, la escuché hablando en el baño" o "tu ex novia anduvo diciendo por ahí que vos le robabas plata" y cosas por el estilo... ese tipo de cosas que uno sabe que aunque se trate de una ex novia, no tienen la más mínima chance de ser ciertas.
Luego comenzaron los "acosos". La chica de Santiago solía recibir mensajes de texto (siempre desde la página, nunca de otro celular) con insultos e improperios que según ella argumentaba, sostenían que la fuente de tales vocablos radicaba en mi. Recibía cosas firmadas anónimamente a modo de XXX que decían "Agustín dice que vos sos una P\/%@#!&" o "Agustín nos contó que te hizo -tal o cual cosa (de índole sexual)-" etc.
Después, prosiguieron otro tipo de acosos. "Mi ex novio no me deja en paz" -sostenía la chica de Santiago- "Me llama a las 3 o 4 de la mañana, viene a casa y se prende del timbre, me grita desde abajo que me ama, que se va a casar conmigo"
Ya a este punto, yo me cuestionaba si de hecho alguien insistiría en querer casarse con una chica que no hace más que hablar de las calorías de una manzana, las de un cubo de hielo y de las 5 Hs diarias que pasaba en el gimnasio, seguido de una especie de listado de todo lo que allí realizaba: "hice una hora de bicicleta, 2 de aerobox", etc.
Como una charla constante de ese tipo resulta realmente aburrida, la gente empezó a optar por no darle mucha conversación. Se podría decir que hasta la esquivaban un poquito.
A todo esto, la muchacha en cuestón todavía tenía el tupé de creerSE el centro del universo, por lo que (en su cabeza) TODO EL MUNDO ansiaba destruir nuestra relación. Las chicas del trabajo la miraban torcido y los chicos del mismo ámbito la miraban con deseo (según esta niña sostenía). Las mujeres le envidaban su belleza, los hombres estarían interesados en separarla de mí, para así poder cortejarla.
Yo no me animaba a decirle que había seguido sus deseos y que de hecho no le había comentado a nadie (excepto a uno de ellos muy confiable -tenis guy-) la existencia de dicha relación entre nosotros dos.
Está bien... con el tiempo la cosa se fue sabiendo, pero a nadie le importó demasiado. Los ojos de todo el mundo se posaban ahora en otros dos polos: Una OTRA morocha santiagueña de piel trigueña y ojos café cuya belleza es de índole sensual y la rubia belga que directamente era una Barbie angelical, políglota y con cerebro. De tanto en tanto, una brasilera de las nuevas camadas también se hacía notar, pero ella se mantenía un poco escondida en sus rincones.
La chica de Santiago (la que salía conmigo) venía siempre con una historia nueva. Todo el mundo la usaba, sus amigos, sus familiares, sus ex amores... ella siempre salía a sacarle las papas del fuego a alguien, pero según sostenía, nadie se preocupaba por ella (¿histeria, dijo Freud?). Ya llegado este punto, yo no le creía más una sola palabra.
Sin mencionar que le había encontrado SMS del primer ex novio en el celular, donde le agradecía por una noche espléndida (etc etc) que daban cuenta de que la niña en cuestión, sostenía un romance con dicho muchacho. Digamos que atando cabos, muy tempranamente vislumbré el hecho de que ella mantenía todavía una relación informal con él y que yo venía a ocupar el lugar del que... la visitaba una o dos veces por semana (cuando el otro no estaba). No me importó mucho; primero, porque la chiquilla no me volvía loco para nada y sólo me interesaba una cosa (ya todos sabemos qué) y segundo, porque yo también me porté medio mal. También había tenido mis escapadas con alguna que otra que se me hubiera cruzado por ahí. -Si hice mal, pido disculpas- NOT!
Algo apestaba en Dinamarca... y en esta chica también. Constantemente demandaba hacer caso omiso a protecciones tales como profilácticos y demás, debido a que según sostenía, no había ningún peligro por cosas como "me vino hace 4 días" (por más que yo también llevara la cuenta y hubiera contado 14) y de que además la sensación sería más placentera.
Habiendo sido criado por dos padres obsesivos y paranoicos, el resultado no pudo ser distinto. Yo salí hecho una especie de mescolanza de personalidades que tienden a cuidarse de todo aquello que suene aversivo a las normas estándares de cuidado personal. Es decir... no corro riesgos innecesarios y NI EN PEDO MANTENGO RELACIONES SIN CUIDARME.
A esta chica se la veía ya un tanto desesperada por tener su propio hijo (de paso algún comentario había hecho aquí y allá) así que decidí pisar con zapatos de plomo aquel terreno resbaladizo.
Terminó siendo que llegado un punto, ella rechazó mi compañía y yo no pretendía buscar la suya para nada. Ella puso excusas como que mi temperamento era el de un don Juan que "fraternizaba" con varias compañeras laborales (cosa que hasta ese momento no eran ciertas) y que eso me volvía poco confiable y que además, ciertos hechos familiares la tenían con la mente en "otro lado" (echale la culpa a los otros hechos... la mente se te había ido hacía rato) por lo que no estaba lista para una relación más prolongada.
Decidí que sería lo mejor, puesto que su forma de ser ya me estaba agobiando y por otro lado, necesitaba abocarme a mis asuntos estudiantiles a modo full time.
Un día como cualquier otro, voy a trabajar y me desayuno con una noticia: "Agustín está acosando a la chica de Santiago, no la deja en paz" -decían las voces por el radio-pasillo- "Agustín la acosa, la llama a las 3 o 4 de la mañana y se le cuelga del timbre, le grita que la ama, que se va a casar con ella" -insistían los comentarios-
Como todo me sonaba muy familiar, hice lo que me salió en ese momento. Me fui hecho una brasa hasta el teléfono y la increpé por ese medio. Ella negó rotundamente cualquier tipo de conocimiento al respecto. Le di el beneficio de la duda.
Semanas después, me entero de una nueva: "La chica de Santiago dejó a Agustín porque Agustín sale con chicas de su facultad y con una de otro segmento". Eso ya era por demás extraño y siendo que no hay nada peor para los rumores que un ambiente de oficina, decidí pensar que quienes inventaban tales comentarios eran los demás compañeros y no ella. Sin embargo, todos los caminos dirigen a roma y todas las personas apuntan a la santiagueña. Preguntando y preguntando, todos coincidieron en que la fuente venía de esta chica... de la chica de Santiago.
Evitando mayores detalles, saltearé una gran porción y me dirigiré casi casi que al final. Tuve una charla con esta chica nuevamente y nuevamente negó toda vinculación a los rumores. Esta vez, el beneficio de la duda no le sería concedido. Sabiendo que una histérica anoréxica de tinte paranoico y mitómano puede traer problemas, decidí dejar la cuestión de lado. Durante esos días, recibo una confirmación: La chica de Santiago había vuelto con su ex. No me pareció extraño para nada, así que dejé que corriera la vida por su decurso habitual. Sin embargo, ella no estaba dispuesta a abandonar el melodrama... ella necesita de la novela de la tarde y de hecho gusta de ser la protagonista.
Resulta ser que ante sus ojos, yo suplico por clemencia y por una nueva oportunidad. De su boca salen comentarios como que llorando le imploro que vuelva conmigo y que ella contesta que yo no sé perder, que tuve mi chance y no supe aprovecharla.
Como soy de dejar todo a la ligera, quise no darle importancia; pero no podía dejarla ensuciar mi nombre así, tan gratuitamente. La amenacé por e-mail con mostrarle a toda la oficina (el call) sus SMS, sus mails, nuestras charlas por MSN y sus fotos subiditas de tono, las cuales envió cuando estuvo un par de días a la distancia. Comprenderán que como buen neurótico obsesivo que soy, gusto de coleccionar todo tipo de recuerdos... en especial aquellos que pueden ser considerados como trofeitos.
La amenaza se convertiría en hecho, si es que ella volvía a nombrarme en mi ambiente de trabajo, a fines de defenestrarme. Si yo me hundía, ella se vendría conmigo hasta el fondo.
Esa misma noche, recibo una llamada suya... a las 2:00 AM. Me confesó haber hecho mal al no decírmelo antes, pero que me tenía una noticia: Estaba embarazada y temerosa por el futuro incierto del bebé. El padre era su ex, ya comprometido con otra... etc etc. No le di mucha importancia, le dije a todo que si, que no había rencores y le corté el teléfono cuando no hubo más para decir al respecto. Pensé que se había terminado todo, pero había más.
El viernes pasado, al finalizar mi jornada laboral, mis compañeros me hicieron almorzar otra noticia más: "AGUSTÍN ES IMPOTENTE" -había comentado la chica de Santiago-
Yo creo que todo tiene un límite y creo que ese límite para un hombre, es el arrebatamiento de su hombría. El mío no. El mío todavía tenía paciencia, aunque no mucha.
Lo que me molestaba de la situación, era que esta mitómana empedernida, siempre negara lo acontecido... es como si dos personas se subieran a un ascensor, una soltara una flatulencia y quisiera culpar la otra diciéndole "fuiste vos". ¿A quién le querés mentir?
Nuevamente sentí ganas de cachetearla hasta que soltara la verdad, pero mis amigos me hicieron entrar en razón. "No le des bola, Agus... está loca". Para este punto, más de uno la había encontrado autoenviándose mensajes de texto desde las computadoras del trabajo, para luego salir a comentar que venían de alguien más que la acosaba. Ya con eso y un par de mentiras en las que se había pisado sola, la gente comenzó a perderle confianza.
Esa misma tarde (la tarde en la que yo me entero de los comentarios), me dice "hola lindo, ¿cómo estás?" -"¿HOLA LINDO? ¿¿¿HOLA LINDO???"- No me aguanté las ganas y le pregunté de que se trataban sus comentarios sobre mi impotencia. Nuevamente negó toda conciencia sobre el asunto. Esta vez, jurándolo por la vida de su hijo no nato. No la creí capaz de mentir en semejante cosa... esta mina estaba loca, pero no la creí capaz.
Nuevamente corrí a los que la habían escuchado proferir tal testimonio en mi contra a fines de verificar la información. Me lo confirmarón. "Yo la escuché", me dijeron.
No me aguanté las ganas... comencé a dar detalles de su locura a cuanta persona conocida se me cruzó. Intenté dejarla mal parada y en alguno que otro caso, lo logré. Yo no tuve que hacer mucho esfuerzo, ella ya había hecho un buen trabajo hundiéndose sola con anterioridad.
Por la noche del viernes, recibo un mail suyo con tono imperante: "bla bla bla, YA NO ME NOMBRES NI ME DESHONRES..." ????????
-¿Qué... creías que podías decir todo lo que se te ocurra acerca de alguien y no recibir tu merecido?- Esta piba la tenía que pagar... y la tenía que pagar con la misma moneda.
Luego se me ocurrió. ¿Qué pasaría si yo comenzara a acosarla de verdad, sin dejar rastros para que ella pueda comprobar la historia? Es decir... si yo realmente me fuera a su casa a acosarla a las 4 de la mañana y a mandarle mensajes desde la página confesándole mi amor y suplicando que vuelva y la llamara todo el tiempo en horarios desopilantes... ¿qué pasaría? ¿Qué pasaría si quisiera acusarme y no pudiera probarlo? O peor que eso... ¿qué pasaría si aunque pudiera probarlo, nadie quisiera creerle? Quise empujarla al borde de la desesperación. A que se sintiera perseguida en un ambiente en donde nadie quisiera prestarse a darle una mano; ni siquiera un oído.
Me senté en la PC y tipeé el primer mensaje de texto persecutorio reclamando la paternidad de su hijo. Coloqué la clave de validación y estuve a punto de pulsar ENTER.
La sensación todavía me dura.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

GET AWAYYY FROM THAT GIRL!!!
que te puedo decir que la verdad leyedo la historia esta mina esta fuck´n crazy de la cabeza. Mucha humillacion te has bancado hasta el momento. Soy de las que no me gusta la venganza porque eso te llena de odio y por otro lado creo que no vale la pena GASTAR ENERGIAS EN ALGUIEN QUE NO MERECE QUE GASTES NI UN SEGUNDO DE TU TIEMPO. Sin embargo, creo que todo tiene un limite y esta mina sobrepaso todos y cada uno de ellos. Lo que decidas hacer acerca de ese SMS que ibas a mandar ya es cuestion tuya pero BE CAREFUL! Esta mina no se va a cansar de molestarte y quizas dar un paso como ese te puede jugar en contra y te siga dando dolores de cabeza y malhumor. Ojala te salga bien decidas lo que decidas.
Siempre te leo aunque no siempre dejo comentarios.He recomendado tu blog a personas muy allegadas a mi las cuales me preguntaron porque firmaba LA MALQUERIDA?. Por si vos te preguntaste lo mismo te digo que no es que no me sienta querida. Por el cotrario, creo que es MUCHA la gente que me quiere y no creo q haya gente que me odie, al menos hasta ahora. Y si de sexo se trata I´m well beloved and as far as I know i have no complains about it.
LA Malquerida or the WELL-BELOVED as you wish..

Alma dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alma dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alma dijo...

(risas)...
No es que me ría de tu historia (todo lo contrario, te compadezco...) sólo sucede que me encanta esa manera de relatar los hechos tan gráficamente, mientras lo leía te imaginaba frente a la PC a punto de presionar "el" botón.
Pero no lo hiciste... y eso fue bueno.
En el fondo debes entender porque no diste el último paso. Sabes porqué dejaste volar esa intención como un pajarito. Según lo que creo, conciente o inconscientemente, sos muy perceptivo, y eso no quiere decir que nunca te equivoques (lo dudo) solo quiere decir que en algún momento entendés porque haces lo que haces y porque no haces, lo que no haces. Hay cosas que no tienen sentido, y hay otras que menos que eso. No creo que hacer algo que no tenga sentido te reconforte, por eso quizás es allí cuando uno decide no hacer nada. Eso es lo que creo del mensaje anónimo y de su compañero nunca acaecido, "el enter" (je) no es que piense lo mismo para todas las secciones de la relación que revelaste, digo, hay que detener el pisoteo a tiempo para que la bomba no estalle, justamente, sin sentido (y mas aún... cuando el interés no es de mucha índole según lo que contabas...)
De todos modos! yo no puedo habar de... "a tiempo" porque en esa siempre fallo:
Antes de ayer leí un mail de los que no suelo leer, pero me llamo la atención de la persona de la cual provenía y me mandé. Una de las tantas cosas que lei, y no me lo acuerdo literal… pero se que en el día de ayer, cuando iba para su casa no paré de repetir en mi mente (y aquí es cuando dudo del poder de la mente – je -) “irse a la hora justa, a la hora correcta, en el momento exacto”, “irse a la hora justa, a la hora correcta, en el momento exacto”…iba en el taxi y continuaba…“irse a la hora justa, a la hora correcta, en el momento exacto”,toque timbre y en la espera seguía retumbando “irse a la hora justa, a la hora correcta, en el momento exacto” como campanario de iglesia que no cesaba de anunciar que era la hora de la misa…
¡que lindo que es levantarse riendo! (como hoy) no me suele acontecer seguido… siempre pienso que mi humor es un holgazán…y suele despertarse una o dos horas después que mi carácter… ni las piruetas de la lila (mi mishi fuh) en la cama son bienvenidas…(je, pobrecita…que dueña le toco!!!).
Pero hoy fue diferente…
No solamente éramos lila y yo.
Y lo mejor… es que ese no fue el motivo de mi alegre abre ojos.
Hice el mate chuker (si ya se, “puagg” – a nadie le simpatiza, solo a mi!)y lavaditos por cierto porque me gusta el agua hervida cosa de que no pase por mi sin que yo lo note jeje, comí unas masitas (o “galletitas” como le dicen acá) y volví a leer tu comentario. Me causa mucha gracia poder enmarcar todo lo que opinas en todas las situaciones jaja, bueno no es tu intención…pero me sirve.
En verdad, nunca lo había racionalizado quizás no le di importancia como pensamiento pero me ha pasado, me pasa, y de hecho me paso ayer… y, por cierto, es bastante molesto, pero por lo que se ve, preferible… estoy hablando del “mentime que me gusta”, realmente creo que la gente prefiere una magia artificial que una verdadera… supongo que la primera, por ser artificial, llama mas la atención (como las lolas), y que la segunda por su parte hace una trabajo sublime por debajo de la sabanas del sentir y del ser. Es decir, tiene perfil bajo, y termina siendo lo mejor que hayamos conocido. Solo que el paso es descubrirla, aun por encima de los prejuicios y aun mas por encima de lo instantáneo, “fast food” – comida chatarra- que nos ofrece el momento y que nos deslumbra, aunque sepamos que es mentira, o que … en definitiva, no es real, y…”cual será el truco”. La magia de verdad tiene todo esto y mucho mas, pero es callada y tranquila, con su trabajo de hormiga construye los sedimentos mas firmes que ninguno… pero si hay que elegir,¿Cuál atrae mas?, o cual atrae menos para ser menos tajantes…
Ayer solo fue un momento, y no quise preguntar… solo para no saber, porque en realidad conozco perfectamente la respuesta y sé, que tan solo escucharla me destruiría. Al menos esa es una razón bastante humana, estúpida, pero humana.
Solo no querer salir dolido…aunque vivamos enredados en una fantasía, y seamos seudo concientes de ello.
“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro” – dijo el que usa siempre la misma ropa, como yo! (je) – A.Einstein

Aaaa! Me olvidaba… te acordás cuando te dije que…”mascara sobre mascara, resulta mas seguro..”

Besitos

Alma dijo...

aún sabiendo... que esa máscara que me aleja de lo que me hace mal, también me distancia de lo que me hace bien.

Ahora si!, besos

Alma dijo...

Te perdiste?
...que interesante lo que te dijo...nunca le hubiese pensado de esa manera. aunque tenga el metodo me falta la herramienta. De todos modos, no creo que carezca de ella toda la vida, algo tendrá que pasar. Supongo que trato de trabajar para ese algo y en algun punto tendrá que ser efectivo.
Ojalá alguien diría algo con respecto a mi que me duela un poco...quizas el objetivo del "stop" se consolidaría. Bueno, en fin temas apartes. Con respecto a lo de tu psicologo... nunca habia ido a uno hasta este momento, y estaba comenzando a sentir algo como lo que describis, pero este no bosteza tanto, es mas... creo que se interesa, pero tambien creo que no alcanza. Pero con tu comentario asumo que no estoy tan loca. vamos aprendiendo...
al menos en mi caso particular, nunca en mi vida aprendi tantas cosas, en tan poco tiempo.

Alma dijo...

sip ! pero esta es una gatita (the baby - propia y solamente mia porque vive conmigo) mi perra inigualable se llama Simona ( alias,Shimonett- :p ).

Anónimo dijo...

Cortala ya con esa idiota, al final agus vas a volverte mas loco de lo normal!, ocupa tu cabeza en cosas positivas y deja de llenarte de odio!si te hizo el mal, lo va a pagar pero no creo que debas meterte con una criatura xq ya es jodido y no esta en vos ser una lacra. si hiciste lo que hiciste, es suficiente, el resto dejaselo a Dios.
besos

Ana

Alma dijo...

em, jaja pero la mia es...... chiquia pero potente :P je, na.. te estoy pelenado nomas, ya por llamarse Lila (aunq en version perra) debe ser hermosa.
Besos

Anónimo dijo...

amigo, hacia mucho q por diversos motivos no entraba a leerte....q te puedo decir, seguís siendo el mismo groso de siempre, un abrazo,

dario.